A mi madre le apasionaban las flores: el Ave del Paraíso, en especial.
“ Tan espléndida, pero a la vez tan sencilla ”, me solía decir.
A mi madre le debo la capacidad para percibir la belleza en su estado más puro; para sentir la armonía en el entorno. Pero, la profunda necesidad de entender por qué y para qué estamos en este mundo, eso… es Elena 100%.
Y mientras todos estudiaban carreras y se trazaban un futuro profesional, yo intentaba acercarme a la pureza, a la naturaleza, al sentido de nuestra existencia…
Pero, la vida da muchas vueltas, y a veces, la lucha por sobrevivir se impone a nuestras necesidades espirituales. Hasta que un día, todo empieza a tener sentido.
Y lo que es un trabajo de representante de productos naturales para la estética y la belleza, se convierte en tu razón de vivir.
Y me levanto con la mayor ilusión del mundo para ayudar a los demás a vivir una vida más bella, más sana, más equilibrada. Sin productos nocivos que sólo beneficien a los ejecutivos de las grandes multinacionales…
Y dices. Ahora sí. Lo encontré.
Por eso, cuando me conozcas, verás que no soy una representante de productos econaturales como las demás.
Para mí, que tú tengas la libertad de trabajar en un entorno libre de productos tóxicos, no es un trabajo. Es mi razón de ser.